Ingenuos. Nada es eterno....
Y solo recibes ser traicionado, torturando tu amor, convirtiéndolo en el odio más profundo que puedas imaginar, tu cariño pasa a ser el alma de un demonio, tus esperanzas caen, mientras ves como todo el mundo que habías construido va derrumbándose cada segundo que pasa, cada milésima que se sucede es un martirio. Finalmente tu reino en ruinas pasa a llamarse zona caótica. Solo pensar el volver a entrar ahí, te convierte en lo que siempre has sido, pero nunca quisiste ser. Tu odio te atormenta, tus recuerdos son cadenas que arrastran tu cuerpo, un recipiente sin vida, portador del alma más torturada que la historia pueda conocer. La traición alimenta tu furia mientras la ira consume la poca bondad que existe dentro de ti. La semilla de un monstruo, crece hasta apoderarse del recipiente. El ángel armonioso que un día eras, ya no existe. Ahora, ya eres parte de la nada. El mundo que conocías se volverá contra ti, mientras prevaleces en el submundo de la oscuridad. Nada es igual, eres un monstruo creado por quien te traicionó. Ya no queda bondad, no hay inocencia, no persiste la luz. Solo la oscuridad te cobija, pero ni siquiera ella puede salvarte.
Temeroso, imprudente, el camino de la luz y la oscuridad te huye.
Eres el deshecho de la propia humanidad. No existe nadie que pueda comprender tu infinita furia.
Y de algún modo, calmas tu sed de venganza, tus ansias de matar cuanto ser te rodee. Calmas tu lado tenebroso, y comienzas a temer lo que hay dentro de ti, agazapado, escondido, oculto a la muchedumbre.
El tiempo y la discordia reinan sobre las horas restantes de tu vida, mientras alguien, exacto a ti, vaga lentamente por el mundo en el que moras...