Siervas de la noche, esclavas de Morfeo... Pueden ayudar, y del mismo modo absorber cualquier recuerdo preciado y convertirlo en el más horrible de todos, romper tu delicado corazón en millones de partículas, y el leve susurro de quien se haya en tus recuerdos es la única salida que te queda.
Enemigas... Enemigos, la palabra predeterminada para definir a las personas de esta, y todas las épocas pasadas, y futuras. Un enemigo puede humillarte, destrozarte, amargarte, hundirte, pisotearte... Pero nunca dejes de resistir y caer en el agujero. Cuanto más profundo estés, peor caerá tu enemigo. Tu conocerás ese abismo por el que desciendes, pero tu enemigo tan solo tratará de perseguirte, hasta encontrarte y destruirte. Cuanto más caiga, perderá la razón, su mente se nublará, sus sentimientos desaparecerán y será un siervo más de la ira y el odio...
Y será ese momento, el cual te alzarás por encima de él, de una forma inimaginable, dejandole, sin la menor oportunidad para contrarrestar tu dominio sobre él. Nadie te negará tu comportamiento, nadie te contradirá, nadie podrá hacerte frente en ese momento. Y finalmente te convertirás en la pesadilla viviente de tu enemigo.
Los humanos somos pesadillas que caminan en un sueño oscuro, el cual nos proporciona la vida, y nuestra infinita codicia. Somos Pesadillas.
Somos las pesadillas que atormentan al mundo.
Somos, nuestra propia pesadilla...
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